CUANDO SE PIERDE EL RESPETO

Una de las principales criticas de los funcionarios kristinistas a la multitudinaria marcha del 13/9, no fue que todos los que estuvimos allí estuviéramos bien vestidos o fuéramos, como se nos designó, de clase media o clase media alta, estrato cuyos límites son por más difusos, ya que dudo que algunos pocos de los cientos de miles que se congregaron en distintos puntos del país ese día superen el patrimonio de Cristina Kirchner o hayan logrado que sus bienes crezcan en los últimos años de la manera exponencial con que lo han hecho los patrimonios de Etchegaray, Boudou y muchos otros funcionarios, que han llegado incluso a integrarse a la oligarquía agroganadera de la argentina, como el ministro Randazzo propietario de varias hectáreas en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires.

Presidente Cristina Fernández de Kirchner

No, una de las principales criticas fue que se falto el respeto a la figura de la primer mandataria. Que se insultó a la presidente.

Notable observación de los amanuenses del oficialismo si se considera que este gobierno falta el respeto a los habitantes de la nación Argentina las 24 horas del día y, fundamentalmente, que la señora presidente también lo hace diariamente.

Como todo en la vida, los hechos pueden encontrar origen en dos comportamientos, la acción y la omisión cuando la persona que tiene capacidad de acción elige no hacer nada. La señora Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner nos falta el respeto mediante ambas conductas. Nos falta el respeto por acción y por omisión.

Falta el respeto a los habitantes de la república Argentina cuando por medio de su política cambiaria nos impide adquirir divisas extranjeras para salir del país y cobra precios en dólar blue por las habitaciones de sus hoteles en Calafate. Que contrasentido cobrar en dólares blue, o su cambio a pesos, la noche en la suite Evita, tanta lucha contra el capital para convertirse en un icono del capitalismo kirchnerista, parece joda.

Nos falta el respeto, cuando trata a un abuelo de amarrete por querer comprar sólo 10 dólares para regalarle a su nieto, supongo que la Presidente no habrá reparado que el abuelo amarrete debe ser jubilado. También nos falta el respeto cuando interrumpe nuestros momentos de esparcimiento con cadenas nacionales para anunciar hechos intrascendentes o ya anunciados, o cuando utiliza los fondos públicos que se nutren de impuestos producto del esfuerzo de miles de argentinos, para pagar comodidades que rozan la frivolidad por su despilfarro -$100.000 anuales en cloro para la pileta de Olivos- o publicidades partidarias del Frente para la Victoria que pretenden confundir el “Modelo Relatado” con el concepto Estado en Fútbol para Todos.

Nos falta el respeto en cada negativa a contestar preguntas del periodismo, porque el pueblo que somos todos, si leyeron bien, también las clases medias y medias altas forman parte del pueblo, quiere saber que pasa.

Nos falta el respeto cuando mantiene su guerra privada con el Grupo Clarín, donde la primera víctima de esa guerra fue la verdad y la segunda la libertad de expresión y prensa. En fin, nos falta el respeto en cada una de sus múltiples violaciones a la Constitución Nacional.

Guillermo Moreno, Secretario de Comercio y asusta mujeres.

En cuanto a la falta de respeto por “omisión”, debemos considerarla en clave con sus “autorizaciones tácitas”, pues son las dos caras de la misma moneda. Así, nos falta el respeto por omisión, cuando renuncia a ejercer las funciones que le otorga la Constitución respecto de los excesos de sus funcionarios, al autorizarlos tácitamente a cometer las tropelías a que nos tiene acostumbrados. El caso más flagrante, por sólo citar uno de ellos es el del renombrado cobarde del Modelo, el payasesco Guillermo Moreno.

Que nadie le tenga más miedo, Guillermo Moreno es un “cobarde” con todo el peso de esa palabra, porque amparado en su prepotencia patotera de los arrabales porteños y resguardado por un grupo de matones, barras bravas que lo acompañan a todos lados, abusa moral, verbal y físicamente de mujeres, las que no lejos de ser indefensas les están dando una golpiza.

Con Guillermo Moreno se han borrado los ideales de género, derechos humanos y muchos de los condimentos clásicos del Relato del Modelo. Moreno encarga la versión más bizarra de la violencia política del kirchnerismo.

Paula De Conto. Despachante de Aduanas.

Los eventos de la semana pasada en los que este aprendiz de hombre amenazó verbalmente y abuso físicamente mediante sus esbirros que retiraron cual guardia mazorquera a las señoras Sandra González, titular de Adecua, y Paula De Conto, despachante de aduanas de una firma brasileña, de distintas reuniones que mantenían con él, sólo pueden ser leídas como una falta de respeto de la señora Presidente hacía el pueblo argentino, ya que ella podría en ese mismo momento desafectado a Moreno de sus funciones por esos excesos. Sin embargo, los autorizo tácitamente.

Sandra González, titular de Adecua

Este tema de la autorización tácita es muy interesante, porque para nuestra Constitución Nacional el Poder Ejecutivo es unipersonal, lo ejerce única y solamente la presidente de la Nación, lo que permite afirmar jurídicamente que Cristina Fernández de Kirchner es en algún grado responsable política y jurídicamente de todos los excesos que cometan sus funcionarios, máxime si ella tenía a su alcance la posibilidad de poner fin a ellos y omitió hacerlo, autorizando tácitamente esas conductas.

Por eso señora presidente el RESPETO no se declama ni se reclama, el RESPETO se GANA y es tan frágil que se pierde para siempre, igual que el miedo!!!!!!!!!!!!!!!.