En la nota anterior “Tiempo
Nublado en el Liberalismo” después de hacer un recuento de los hechos más
trascendentes de los últimos dos años en el campo de las ideas liberales con
acción política en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, deje entrever una crítica
a aquellos sectores que exigen un purismo extremo como condición necesaria para
la fragua de un partido único.
Como veo yo las cosas el
liberalismo no podrá modificar la suerte de las próximas elecciones, sin embargo
se le presenta la mejor oportunidad de la última década para ubicar al menos dos
políticos liberales en cargos electivos, uno en la Legislatura de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires por el Partido Liberal Libertario, y otro en la Cámara
de Diputados a través de Alianza Federal.
En la Ciudad de Buenos
Aires se elegirán treinta Legisladores no es irrazonable pensar que al menos un
legislador pertenezca al Partido Liberal Libertario, lo que representaría un enorme
éxito teniendo en cuenta la reciente conformación de este espacio liberal que
logro reunir contra reloj los requisitos legales para participar de esta
elección.
En este escenario la
figura de Gonzalo Blousson cobra particular importancia, se trata del principal
dirigente del PL, el más sólido políticamente y el que mejor dialogo tiene con
diferentes operadores del sector liberal en sentido amplio, esto es, ex UCDs,
militantes de Unión Liberal y universitarios de la década del ’80. Debe
considerarse que más allá de los esfuerzos que vienen haciendo el PL en los
últimos dos años, una campaña electoral con posibilidades de ubicar un
legislador es una cuestión bien diferente que no sólo demanda organización y
colaboradores, sino también algún grado de experiencia en procesos electorales,
experiencia de la que carece el PL. Como decía un viejo dirigente juvenil de la
UCD que se movía en un Mehari rojo, “no se trata de soplar y hacer botellas”.
En este caso habrá que
convencer a mucha gente de cortar boletas y de ubicar claramente la del PL para
legisladores, tarea que hay que explicar y organizar, para una elección donde
hasta el último voto contara.
En el ámbito nacional la
cuestión se presenta diferente, el distrito capitalino renueva una docena de
diputados nacionales, circunstancia que eleva sustancialmente la cantidad de
votos necesarios para lograr una banca en el reparto del D’Hont, máxime cuando
el PRO, FPV y la Alianza cuentan con una estructura aceitada para estos
avatares. Sin embargo el razonamiento que en algún momento animara la
estrategia de Pedro Benegas, podrá ser capitalizada por Carlos Maslatón que,
nobleza obliga, viene preparando su candidatura desde hace al menos tres años.
Así las cosas, el PRO no
tiene nada que ofrecer a quienes compartieron las ideas de Álvaro Alsogaray, ni
a los sectores de centro como el Partido Demócrata, ya que tampoco hay
candidatos de ese color en la lista macrista. Esa identidad y pertenencia será
capitalizada por Carlos Maslatón que es ampliamente conocido por su trabajo
universitario en la década del ‘80.
Pese a que reina la
desinformación, Compromiso Federal se someterá a PASO dentro de su sector y si
bien es cierto que Maslatón encabeza la lista favorita, si se considera que
lleva a Delfina Frers como segunda candidata a Diputada nacional, no se puede
ceder un metro de ventaja a las listas restantes, por lo que será fundamental
el apoyo el día de las elecciones primarias para asegurar que sea el primer
candidato a Diputado nacional por ese partido.
Particularmente no me
espanta ni me causa rechazo el que este político de raza participe de un sector
cuyos principales referentes son los hermanos Rodríguez Saa, la estrategia ha
sido encontrar un vehículo electoral que, después de que Unión por Todos
decidiera cerrar con el PRO una lista de consenso por los puestos sexto y
doceavo de los candidatos de diputados, le permitiera competir por una banca en
la Cámara baja.
En síntesis, por primera
vez en diez años se abre una posibilidad cierta de que por dos caminos
diferentes se logre al mismo tiempo tener representación en la Legislatura de
la Ciudad Autónoma y en el Congreso Nacional, con dos candidatos atractivos
para el electorado y que aunque pertenecen a dos generaciones diferentes, con
visiones distintas del ejercicio de la política, tiene grandes puntos de
contacto en las ideas liberales.
Estas razones me llevan a
considerar que quizás sea el momento oportuno para dejar de lado diferencias históricas,
pero ya intrascendentes, y hacer un gran esfuerzo por apoyar a estos candidatos
para lograr una cabecera de playa con vistas al 2015. No es una oportunidad
menor tener dos voces calificadas en las legislaturas, circunstancia que impone
estar a la altura de las circunstancias, tender puentes entre Blousson y
Maslatón, que ya existen pero hay que fortalecer, y pensar en un acuerdo grande
y quién sabe, quizás en algún momento un partido grande.
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