martes, 11 de junio de 2013

EN LAS VISPERAS DE LA DERROTA

Ayer la Corte Suprema de Justicia de la Nación fue objeto, en la persona del Dr. Fayt, de un nuevo ataque que lleva la firma de Cristina Fernández de Kirchner.
Este ataque no es casual, fue premeditado y forma parte del proceso de desconstitucionalización que se esta llevando a cabo en nuestro país. El objetivo de plantar en la sociedad la idea de que el Poder Judicial no puede declarar inconstitucionalidades porque eso significa actuar contra mayoritariamente, es la expresión más cabal del rechazo al concepto republicano y al principio de gobierno limitado que ha efectuado Cristina Fernández de Kirchner.
Hay que decirlo con todas las letras Cristina Fernández de Kirchner carece de vocación democrática, no respeta a las minorías, tiene doble discurso, utiliza un sistema de doble estándar según se trate de propios o ajenos y dolosamente subvierte el sentido de las palabras con el sólo objeto de justificar el relato y sostener le modelo.
Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Dr. Carlos S. Fayt. De extracción socialista ha sido un juez militante de las garantías constitucionales y de los límites al poder gubernamental.
Ya sin pudor alguno, casi descontrolada, CFK trascendió el plano de lo institucional para transitar el camino de los agravios personales y con una bajeza que no debería llamarnos la atención discriminó a un juez de la Corte Suprema por su edad, poniendo en duda sus capacidades. Tampoco se privó de reclamar a otros sus respectivas designaciones o señalar el origen político de algún Ministro.
El Dr. Fayt se desempeña como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde el año 1984, fue nombrado al normalizarse el país. De esa camada de jueces fundacionales sólo quedan él y el juez Petracchi, que en diciembre cumplirán 29 años en sus cargos.
Es verdad, el Juez Fayt cuenta con apenas 95 años de edad y toda la experiencia constitucional que más de siete décadas de abogado le han permitido acumular. Se trata de un magistrado intachable con una sólida formación intelectual y una indubitable vocación republicana de la que ha hecho gala a lo largo de su vida y de sus Fallos. Respetado por la totalidad del foro argentino, abogados y jueces coinciden abrumadoramente en las virtudes democráticas de este magistrado.
Su vida no presenta escándalos, ni riquezas sorpresivas, no es mediático, no tiene hijos ni sobrinos que se pasen el día jugando a la play station, ni amigos que se hayan vuelto multimillonarios en una década, por el contrario sus logros han transitado por su vocación de estudio, su inclinación a la cátedra, la pluma y el éxito intelectual, todo esto en un marco de probidad y discreción, valores ajenos a este gobierno.
Cuando en el año 1994 se modificó la Constitución nacional y se dispuso que los jueces que alcanzarán la edad de 75 años quedarían sujetos a sucesivos acuerdos quinquenales, el Dr. Fayt planteo la nulidad de dicha modificación por haber sido introducida fuera del temario de reforma que se establece por ley y que marca de manera infranqueable el límite de la competencia de la Asamblea Constituyente para modificar el texto constitucional.
Una Corte integrada por conjueces declaró la nulidad de la reforma en ese punto. Esa decisión constituye un leading case que se estudia en todos los cursos de derecho constitucional de las facultades de derecho del país, ya que es el único caso en que se ha declarado la nulidad de una reforma constitucional, esto quiere decir que en ese punto la reforma no existió, ese párrafo constitucional debería ser borrado de las impresiones del texto constitucional.
Así las cosas, no existe razón legal que impida al Juez Fayt seguir ofreciendo sus servicios a la República como lo ha hecho hasta el momento. Claro, deben existir muchas personas que se sienten molestas cuando un juez con la Constitución nacional en la mano les dice “basta, hasta acá llegaste”, pero acaso ¿no es esa la función que la Constitución les ha dado a los jueces? Pretender lo contrario, es negar la Constitución nacional.
Por esa razón, las declaraciones twiteras de CFK no me producen rechazó, sólo me dan lastima porqué aún cuando nunca compartí la forma de pensar del Presidente de la Nación, ni el estilo que cultiva, en alguna oportunidad reconocí en ellas chispazos de inteligencia y coraje, lamentablemente me ésta aclarando que fueron meras chispas, no una llama.

Señora Presidente, una advertencia, hay una sociedad que la está mirando, leyendo y escuchando y dentro de algún tiempo le recordaremos todos estos exabruptos frente a un Tribunal de jueces de la República.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor deja tu opinión, queremos saber que pensás e incluso debatir si tenes ganas. Los comentarios formulados a este blog no se moderan ni se efectúa censura de ninguna especie.