viernes, 22 de febrero de 2013

LA SESIÓN MÁS VERGONZOSA DEL SENADO ARGENTINO





Ayer por la tarde, jueves 21 de febrero de 2013, la Honorable Cámara de Senadores de la Nación Argentina escribió una de las páginas más obscuras de la historia legislativa argentina. Por 39 votos a favor, 31 votos en contra, y la abstención de los senadores Menem y Meabe (esta última liberal de Corrientes), se dio media sanción al Memorándum de Acuerdo con la República Islámica de Irán.
Canciller Argentino Timerman
Dicho Estado esta imputado de haber sido el financista e instigador del atentado terrorista contra la AMIA –Asociación Mutual Israelita Argentina-, conducta que puede ser entendida como un acto de guerra de una nación contra otra. Sin embargo el casi centenar de asesinatos perpetrados por Irán contra ciudadanos y habitantes argentinos, gracias al Senado y a una errática y oportunista concepción de la política exterior argentina, ahora podría quedar impune.
Mahmud Ahmadinejad, presidente de Irán 
Más allá de las varias violaciones constitucionales que encierra este acuerdo, redactado a la medida de las necesidades políticas del presidente Mahmud Ahmadinejad, el mismo que niega la existencia del holocausto provocado por los nazis y despierta la admiración del dirigente social Delia, el poder ejecutivo ha tenido la virtud de destruir su política de derechos humanos o, en todo caso, se ha quitado la careta acerca de la orientación de su verdadera concepción sobre los derechos humanos. Materia necesaria e indispensable del relato oficial.
Senadores Fernández y Picheto operadores oficialistas
El poco prestigio que le quedaba al gobierno de Cristina Kirchner, después e haber asfaltado su administración con fracasos económicos ya inocultables, estaba fundado en los juicios llevados a cabo contra las violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares que participaron en la lucha contra la subversión terrorista que azotó al país desde mediados de los ‘60 y hasta principios de los ’80. Aún cuando nunca se contempló brindar verdad y reparación en justicia a los deudos de las victimas de aquella subversión terrorista, era innegable la legitimidad de esos juicios, aun cuando se tratara de una legitimidad a medias.

Ahora, este acuerdo, que sólo conduce a liberar de la persecución internacional a cinco funcionarios iraníes, también corre el velo de la verdadera concepción que tiene el gobierno sobre los derechos humanos. Una concepción parcial, sesgada, fundada en la venganza institucional y que ahora se viste de oportunista y nos hunde en la más profunda vergüenza como nación.
Los 39 senadores que ayer dieron su voto afirmativo al Memorándum de Entendimiento con Irán, no sólo dejaron expuesta su obediencia debida a un poder ejecutivo que ya ha traspasado los umbrales del bipolarísmo para transitar otros obscuros e intrincados caminos psiquiátricos, sino que deberán cargar por el resto de sus vidas con el peso de haber violado, por primera vez algunos y nuevamente otros, los derechos humanos de los habitantes de esta Nación.
Sinceramente espero que Dios se apiade de ellos, al tiempo que hago votos para que la sociedad argentina no olvide y que algún día sean enjuiciados y condenados por transar con quienes asesinaron a 85 argentinos e hirieren a más de 300.
Quizás todos deberíamos ponernos de pie y gritar:
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          AMIA NUNCA MAS, NI OLVIDO NI PERDÓN, JUICIO Y CASTIGO.




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