jueves, 11 de septiembre de 2014

LA VENGANZA DE LA BARBARIE

La decisión del gobernador Scioli de modificar el sistema de calificaciones de los alumnos de las escuelas bonaerenses fue el escándalo del día.


No se puede dejar de mencionar el mal gusto de haber hecho pública esta decisión un 11 de septiembre, fecha en la que se conmemora la muerte de Domingo Faustino Sarmiento, uno de los personajes más progresistas y revolucionarios que dio la sociedad argentina. Porque a esta altura las verdaderas revoluciones se desatan en el campo del conocimiento y en ese ámbito Sarmiento fue un verdadero estadista.
No sucede lo mismo con Scioli quien seguramente en 50 años no será recordado, como tampoco lo será su lamentable administración de la provincia más rica de la Nación, a la que su gestión llevó casi a la extinción presupuestaria.
Más allá de esta digresión sarmientina, lo cierto es que la la resolución 1057/14 de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, firmada por de Lucía, y por el vicepresidente del Consejo General de Cultura y Educación, Claudio M. Crissio, es lamentable y sólo logrará que los niños bonaerenses se conviertan en los fracasados del siglo XXI.


La eliminación de las notas que signifiquen aplazo no es una medida progresista ni que genere el marco necesario y adecuado para que todos los estudiantes gocen de igualdad de oportunidades una vez que salen de la escuela. Lejos de ello sólo creara la ilusión en los alumnos menos aventajados de encontrarse en esa situación hasta que la realidad les provoque un golpe del que dudosamente se puedan recuperar.
Sin necesidad de tomar medidas como la comentada, bastante deteriorado se encuentra el sistema educativo en general y en particular en la provincia de Buenos Aires, donde gran parte de las escuelas públicas se han convertido en comedores populares y han ido mutando su función educativa por fines sociales producto de las necesidades que tras una década desperdiciada han sumido al país a la peor de sus crisis.
A esta altura es innegable que el kirchnerismo ha llevado adelante en estos años un plan sistemático de desaparición de los umbrales educativos básicos, Scioli  hoy se ha convertido en su cómplice o, al menos, en partícipe necesario de este verdadero delito de lesa humanidad.


El kirchnerismo bajo el falso ropaje de una falsa igualdad ha condenado a la ignorancia a la próxima generación. Ya no se trata de dificultades con la aritmética o la geometría, se trata de la incapacidad para comprender textos, de la desaparición de contenidos mínimos de los programas educativos, del quiebre de los sistemas de valores básicos de la sociedad.
No creo que se pudiera esperar mucho de un gobernador que cuando fue vicepresidente de la Nación demostró ser pusilánime y acomodaticio, dispuesto a soportar cualquier humillación en su lento reptar hacía el poder; sin embargo esta resolución tiene una trascendencia muy diferente que las miserias a las que nos tiene acostumbrados el gobernador bonaerense. Ya no se trata de una incapacidad manifiesta, compartida con las anteriores administraciones provinciales y el gobierno nacional, para brindar las condiciones mínimas de seguridad y estabilidad económica a la sociedad, ahora se trata de una estafa a los niños cuyos efectos se harán esperar por unos años y nos acompañaran por varias décadas.
Sin ser especialista me pregunto si medidas de este tipo no resultan violatorias de los derechos humanos,  dado que afectan directamente a los sectores más humildes de la provincia de Buenos Aires. La realidad indica que quienes tienen la posibilidad económica envían a sus hijos a instituciones privadas donde se tiene la ilusión de adquirir un mejor nivel académico, pero los sectores más humildes son presas cautivas de estos desatinos de dirigentes que aspiran a ser estadistas y no tiene talla para ser trapitos.
Hace 150 años Sarmiento inició una verdadera revolución, quizás haya sido el único revolucionario de su generación, el propuso “educar al soberano” y bien sabemos que un soberano educado piensa y si piensa juzga, compara, exige y decide. El kirchnerismo decidió embrutecer al soberano y tenerlo sumido en el miedo, falta de educación e inseguridad hab sido su plan de gobierno en la última década y Scioli hoy se postuló para ser el mejor alumno.

Para finalizar, una reflexión sarmientina, quizás esta sea la venganza de la barbarie.


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