jueves, 2 de agosto de 2012

CACHETADA A LA JUSTICIA

Vatayon Militante, con "V" de Violencia, Violación, Vagancia, Ventaja,
Vendidos, Victimarios, Venereas, Versatiles, Vasallos y Vienen por Todo!!!!
Cuando leo los diarios tengo la sensación que nuestro país marcha rápida e inexorablemente a su destrucción o, al menos, a la disolución de forma de vida a la que estamos acostumbrados.
Poco a poco, sin darnos cuenta hemos ido modificando nuestras conductas, nuestras costumbres. Asumimos riesgos, para evitar riesgos mayores, como pasar de largo un semáforo en rojo a altas horas de la noche, o estar detenidos en un semáforo con el cambio puesto por si se acerca un desconocido.
Esa violencia que ha costado tantas vidas siempre nos parece ajena, hasta que un día nos toca. Porque nadie esta exento de ella. Ni los diputados de los partidos que se prestan a estos juegos abolicionistas, la semana pasada un legislador bonaerense de FAP fue objeto de un asalto en Moreno; ni las personas que han consagrado su vida a defender los derechos humanos, hace unos meses una madre de plaza de mayo en Mar del Plata fue brutalmente golpeada; ni los ex jueces de la Cámara de Casación Penal de la Nación, que en muchas oportunidades han fallado a favor de los delincuentes están a salvo, el ex camarista fue Mitchell atracado en su casa en Recoleta.
Pero la violencia de los delincuentes comunes no es la única que padecemos. También conocemos como sociedad una violencia diferente que se denomina “violencia de género”, que es la que ejerce un sexo sobre el otro, normalmente el hombre sobre la mujer, por eso hay comisarías de la mujer y no existen las comisarías del varón, pero ojo al piojo también a victimas varones.
Ese fue el caso del baterista de callejeros Eduardo Vázquez que le prendió fuego a su mujer Wanda Taddei. Si, leyó bien, le prendió fuego y después ella murió. Sus padres, hijos y amigos la pueden visitar en el cementerio, sin embargo parece que la verdadera victima del caso fue Eduardo Vázquez.
En realidad, Eduardo Vázquez se ha convertido en un icono, porque ha logrado unir su imagen de manera inescindible al grupo “Vatayon Militante” con “V” de verga, vagina y vamos por todo, como ellos se han autodefinido. Sin duda, constituyen el hecho cultural más trascendente de esta década.
Lo cierto es que este Vatayón Militante ha logrado algo increíble, han modificado la imagen del Servicio Penitenciario, hasta hace poco algunos malintencionados de la derecha cada tanto destapaban alguna olla en donde aparentemente miembros de ese servicio participaban de actividades delictivas junto a condenados que eran liberados para cometer delitos. Ahora, esas actividades parecen haber mudado al ámbito de la cultura y lo mejor de este cambio es que ha sido aprobado por la justicia penal, siempre preocupada por proteger a los ciudadanos honestos. Gracias a VM –Vatayon Militante-, el Servicio Penitenciario ahora es un órgano de seguridad cultural.
Sin duda representa a la seguridad y a la cultura del modelo K.
Sin embargo, existe un tercer tipo de violencia, una violencia que se ejerce sobre la Republica, es una violencia que podríamos denominar de lesa humanidad, porque recae desde el Estado sobre todos los habitantes, y en este caso el grupo sobre el que se ejerce sería el universo “habitante de la argentina”. Cual es esta violencia se preguntara el lector. Pues bien, es la de los políticos oficialistas.
Cada vez que la señora Presidente –con “E”- se regodea de las virtudes de los barras bravas y de cómo alientan a sus equipos, ejerce violencia sobre los argentinos; cada vez que el Estado a través del Servicio Penitenciario y la justicia Penal permite que procesados –sin condena firme- salgan discrecionalmente con el Vatallon Militante, se ejerce violencia sobre los argentinos; cuando un funcionario es sospechado de haber cometido un negocio irregular que le ha deparado una fortuna ilegitima, como habría sido el caso Ciccone, se ejerce violencia sobre los argentinos; cuando se llena un avión de funcionarios y amigos de esos funcionarios para viajar al exterior a ver futbol o proponer negocios irrealizables, se ejerce violencia sobre los argentinos; por último para no agotar al lector con los miles de ejemplos que podríamos citar, se ejerce violencia sobre los habitantes de la argentina, cada vez que se utiliza el Tango 01 para traerlo a Máximo Kirchner a atenderse de una pierna o algún exceso y se gasta para ello miles de dólares, mientras en el Tucumán kirchnerista de Alperovich y Rojkes se mueren niños por desnutrición.
Algún día deberemos despertar, me da miedo ese día, porque la violencia sólo engendra violencia.
Como liberal creo poderosamente en el garantismo penal y en los derechos humanos. Todo procesado debe gozar del máximo de las garantías procesales que se le puedan ofrecer y prefiero un culpable libre a un inocente en prisión. Sin embargo, una vez que el procesado es encontrado culpable y condenado, estoy absolutamente convencido que debe cumplir en integridad su condena, que no esta de vacaciones pagas por el Estado en una penitenciaria para salir en visitas culturales cuando algún funcionario trasnochado lo disponga, que deben ser respetados sus derechos constitucionales, no debe ser mortificado ni vejado de ninguna manera, pero debe purgar su delito, sino es así, la verdadera condenada es la sociedad que siempre es la más débil en su relación con la violencia.
* Links relacionados con los hechos citados en los párrafos precedentes.




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