miércoles, 1 de agosto de 2012

En busca de un Liberalismo Social


Hoy me paso algo distinto. Digo distinto, en lugar de raro o insólito, porque en la Argentina actual nos hemos ido acostumbrando a casi todo, hemos perdido nestra capacidad de asombro.

Caminaba por Lavalle hacía Libertad, a paso rápido por la lluvia y la oscuridad y al llegar a la esquina, en donde hay una bar me para una joven, bien vestida, podría haber sido una empleada de comercio o una secretaria de alguno de los muchos estudios jurídicos de la zona.

Al notar mi temor me dice a boca de jarro: “No le voy a pedir plata, estoy embarazada y tengo hambre, no me compra algo para comer”, me descoloco totalmente. La hice pasar al bar de la esquina, la hice sentar y le indique al cajero que le sirviera un café con leche y tres medias lunas, pague y me fui.

Pero esta experiencia, quizás sin importancia en otro momento me hizo pensar mucho, porque no era un chico de la calle que tanto nos duele cuando lo vemos, pero al que lamentablemente nos hemos acostumbrado, ni era el muy porteño croto o linyera, era una joven que se podría haber mezclado en cualquier actividad diaria de las que hago y habría pasado inadvertida.

Recordé muchas de las charlas que hemos tenido con mis amigos de Unión Liberal y con el Lacha Lazzari y me convencí de que es necesario dar forma a un nuevo liberalismo.

En los ‘80 redactamos el PronLA –Proyecto del Nuevo Liberalismo Argentino- en los ’10, si queremos llegar a los argentinos con nuestro mensaje de dignidad para el individuo, deberemos modelar el Liberalismo Social.

Sé que muchos liberales al leer esta líneas tendrán la convicción de que he errado el camino, Pomponio derrapó pensarán. Pero me pregunto, es posible sin solución de continuidad pasar de la calamitosa situación en que se encuentra un enorme porcentaje de argentinos a un liberalismo que prescinda de las contenciones que reclama un amplio sector de la sociedad. No, no es posible.

No estamos en el siglo XIX donde el inmigrante venía a pelarse el lomo para progresar. Estamos en el siglo XXI, en un escenario donde se ha destruido la cultura del trabajo, donde el gobierno ha esclavizado a un amplio sector de la sociedad mediante el otorgamiento indiscriminado de subsidios por cualquier razón. Somos una sociedad subsidiodependiente.

Nos enfrentamos a una realidad en donde muchos argentinos han sido convencidos de que poseen un derecho constitucional a ser mantenidos por el Estado; una realidad en la que el Estado ha desviado sus recursos a una amplia familia de subsidios en lugar de aplicarlos a políticas dirigidas a crear las condiciones necesarias para desarrollo de puestos de trabajo.

Deberemos educar a una generación de argentinos a los que se han hecho adictos al subsidio y que no comprende que el Estado lo denigra día tras día al mantenerlo como rehén de esa mensualidad.

Entonces, es necesario desarrollar un proyecto social, claro, contundente, que garantice a ese amplio sector que si bien los subsidios se van a reducir, las condiciones de vida  mejoraran para ellos, porque el cambio de las condiciones económicas conducirá a creación de fuentes de trabajo y esas fuentes de trabajo los liberara de la dependencia a la que han sido sometidos.

Es necesario llevar tranquilidad a los jubilados y pensionados respecto de sus prestaciones previsionales, hay que garantizar la educación del soberano, como decía Sarmiento, porque trabajo y educación son las verdaderas herramientas de la liberación del individuo, de la dignidad de las personas.

Todos los liberales debemos ponernos a trabajar ya mismo, sobrellevar nuestras diferencias y desarrollar el proyecto que liberará a los argentinos de esta vil dependencia a la que se nos ha sometido mediante engaños y mentiras desde el Estado durante los últimos 10 años.

    

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