De los derechos que
enumera, expresa y tácitamente, nuestra Constitución Nacional la libertad de
expresión siempre me ha parecido fundamental. La posibilidad de expresar ideas u
opiniones sobre cualquier tema y particularmente los relacionados con la cosa
pública, es uno de los pilares del sistema republicano.
La tolerancia de los
gobiernos hacía la libertad de expresión es directamente proporcional a su
vocación republicana.
Porque el ejercicio de
la libertad de expresión y de prensa, no significa que quienes ejercen esos
derechos estén libres de cualquier responsabilidad por los daños que puedan
causar o por los ámbitos de privacidad que pudieran invadir. Un larga y
dilatada jurisprudencia, nacional y extrajera, han logrado crear el equilibrio
necesario para que el ejercicio de esos derechos humanos –expresión y prensa-
no resulten violatorio de otros derechos humanos como la privacidad y el honor.
Sin embargo, como no
todos somos iguales, no es similar el ámbito de privacidad que corresponde
proteger para Juan de los Palotes, que el ámbito de privacidad que corresponde
proteger para Amado Boudou, Cristina Fernández, Mauricio Macri o Milagros Sala.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoFLWQwO5xooCkHFvGnpgFgGrKX3PE-znTOl7SZIgkipuejyTl2pGnMQfCeYYI2nPS8fgVyaQuwUd9XPLk76NC9xPec6eYA-kj5W_tn4IfcmMIHEcrJPUe0DzAccdGNz65UiopMlIlGg/s1600/Cristina+y+Milagros.jpg)
Juan de los Palotes no
es una figura pública, sus decisiones no trascienden al ámbito de su persona y
si lo hacen es de manera acotada, por otro lado él nunca ha demostrado la
voluntad de hacer públicas sus actividades, como lo hacen los políticos. Por
otro lado, Amado, Cristina, Mauricio y Milagros, decidieron voluntariamente
desarrollar actividades públicas que trascienden a sus respectivos ámbitos de
privacidad porque tienen incidencia sobre la comunidad, sobre la población.
Desde este punto de
vista, no es lo mismo la protección que corresponde reconocer a uno y a otro.
Las conductas de Juan de los Palotes no afectaran a la mayoría de los
argentinos, pero las de Amado, Cristina, Mauricio y Milagros, sí.
Por ello, el servicio
que presta la prensa de cualquier signo político es fundamental para los habitantes de
este país, porque sus informes e investigaciones no sólo representan el
ejercicio de la libertad de expresión a través de la prensa, sino que importan
el ejercicio del denominado derecho a
crónica, fundamental para que se retroalimente el proceso democrático y
republicano y la sociedad pueda ejercer su derecho a la información y a la
formación de sus propios juicios.
En este esquema, es
tan necesaria la existencia y protección constitucional de Pagina 12 como de
Clarín, de Tiempo Argentino como de La Nación y de 6,7,8 como de Periodismo
Para Todos (y Todas), por citar algunos ejemplos y sus antípodas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXVEreSuGDpKcp7RMZlLD3AXLyrlHf0ZjH3J2Dgb1VE2WzWN7Joz-FJ-Be-KQ_hz6rxoUxMPwV-kYEg-P4KNW2WHSS7fzoEnU48LDb9a-vkeSlUfWNNscwxpZkZ2gI86DFS-X-PxuCJQ/s1600/libertad+de+prensa+1.jpg)
Que nada limite estos
derechos, que ningún proyecto pretenda restringirlos, porque el día que no
podamos expresar nuestras ideas oralmente o por la prensa, estaremos sometidos
al pensamiento único.
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