Con
estas líneas damos inicio a la columna “Conociendo
a nuestros legisladores”. Desde esta sección intentaremos lograr un
acercamiento a la personalidad y accionar de diferentes dirigentes políticos que
han accedido a cargos legislativos y tiene autoria de proyectos de ley que
pueden incidir sobre nuestras libertades.
Hoy,
a manera de presentación, conoceremos a la Senadora por la provincia de
Misiones, Dra. Sandra Giménez, del Frente para la Victoria que además de ser coterranea
de ese gran humanista que es el Gobernador Maurice Closs, se ha
hecho conocida por un interesante proyecto de ley que avanza sobre las
libertades de los ciudadanos en la elección de los contenidos de internet que
son de su preferencia.
El
proyecto en cuestión puede bajarse de este lynk:
En
términos generales el proyecto tiene por objeto obligar a las empresas que
ofrecen el servicio de internet a usuarios finales, la instalación de filtros
que permitan bloquear el acceso a la lista de sitios de acceso restringido que
determine la Comisión Nacional de Comunicaciones.
Una
vez más vemos aparecer solapado en un proyecto de ley el sello del
autoritarismo facista que ha sabido distinguir al FPV durante la última década.
La
mecánica del proyecto es ciertamente perversa, ya que no se trata de que los
proveedores estén obligados a brindar a los usuarios los filtros necesarios
para bloquear sites que entiendan conflictivos de acuerdo con los parámetros que
individualmente cada consumidor considere conflictivo, algo absolutamente
legitimo, máxime cuando existen menores en los hogares que puede tener acceso a
contenido conflictivos.
Por
el contrario, los sites objetados serán determinados por el Poder Ejecutivo a través
de la Comisión Nacional de Comunicaciones, algo así como el Alto Comisariato de
la Libertad de Expresión cuya capacidad superior reemplazara a las decisiones
de los individuos. Una suerte de Gran Hermano de contenidos.
El
proyecto no tiene desperdicio porque de manera oblicua permitirá armar un
listado de los consumidores de los sites que hayan sido objetados por aquella
Comisión, el artículo 3° del anteproyecto señala que “aquellos usuarios del
servicio de acceso a internet que decidan no bloquear los sitios de acceso
restringido deberán solicitar expresamente y por escrito al proveedor de acceso
a internet que no le sea instalado el filtro”.
El
proyecto se ha fundado en la lucha contra la pornografía y la necesidad de
proteger a las familias y a los niños sobre los contenidos de internet.
Lamento
arruinar esta brillante idea de una mente afligida por la pornografía y
señalarle que su proyecto huele mal.
Lo
que usted propone es censura señora Senadora Giménez, no se pueden ni se deben
elaborar listas negras de contenidos de internet y menos aún legislar para que
los proveedores del servicio lo brinden limitado a los consumidores en función
de elecciones que efectúa el gobierno.
Como
bien ha señalado usted en una entrevista sobre esta cuestión, la pornografía
infantil está tipificada como delito en el Código Penal, quizás una buena idea
para su represión sea aumentar el presupuesto del Ministerio Público y que los
fiscales puedan investigar estos temas sin temor a que pretendan desafectarlos
de sus cargos si se encuentran con algún empresario oficialista.
Muy
distinto sería que esa Comisión a la que refiere el proyecto de ley elabore un
listado de sitios dedicados a la pornografía donde figuren aquellos donde se ha
detectado la existencia de menores de edad y los argentinos puedan restringir
direcciones de esa especie. Pero prohibir mediante filtros obligatorios todos
los sitios de pornografía viola varías garantías constitucionales y exigir
habilitación de contenidos por escrito es una aberración propia de un estado
policiaco. Es una aberración porque hoy se trata de pornografía, que mientras
sea practicada por adultos y consumida por adultos no presenta ninguna objeción
legal ni moral, pero mañana puede tratarse de otros contenidos vinculados con
información extranjera sobre nuestro país o radios opositoras o blogs críticos al
gobierno como pretende ser éste o el acceso a programas televisivos que se
repiten por internet.
Senadora,
no le vendría mal una clase sobre libertad de prensa sin censura previa, y si
quiere ayudar a nuestros niños, preocúpese un poco más por la educación en la
Argentina, en lugar de estas trasnochadas.
Porque
será que a los Argentinos nos cuesta tanto ser libres y que cuando se presentan
estos problemas la única salida que encuentran la mayoría de los legisladores
es restringir la libertad del ciudadano.
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