La decisión del
gobernador Scioli de modificar el sistema de calificaciones de los alumnos de
las escuelas bonaerenses fue el escándalo del día.
No se puede dejar de
mencionar el mal gusto de haber hecho pública esta decisión un 11 de
septiembre, fecha en la que se conmemora la muerte de Domingo Faustino
Sarmiento, uno de los personajes más progresistas y revolucionarios que dio la
sociedad argentina. Porque a esta altura las verdaderas revoluciones se desatan
en el campo del conocimiento y en ese ámbito Sarmiento fue un verdadero
estadista.
No sucede lo mismo con
Scioli quien seguramente en 50 años no será recordado, como tampoco lo será su
lamentable administración de la provincia más rica de la Nación, a la que su
gestión llevó casi a la extinción presupuestaria.
Más allá de esta digresión
sarmientina, lo cierto es que la la resolución 1057/14 de la Dirección General
de Cultura y Educación bonaerense, firmada por de Lucía, y por el
vicepresidente del Consejo General de Cultura y Educación, Claudio M. Crissio,
es lamentable y sólo logrará que los niños bonaerenses se conviertan en los
fracasados del siglo XXI.
La eliminación de las
notas que signifiquen aplazo no es una medida progresista ni que genere el
marco necesario y adecuado para que todos los estudiantes gocen de igualdad de
oportunidades una vez que salen de la escuela. Lejos de ello sólo creara la
ilusión en los alumnos menos aventajados de encontrarse en esa situación hasta
que la realidad les provoque un golpe del que dudosamente se puedan recuperar.
Sin necesidad de tomar
medidas como la comentada, bastante deteriorado se encuentra el sistema
educativo en general y en particular en la provincia de Buenos Aires, donde
gran parte de las escuelas públicas se han convertido en comedores populares y
han ido mutando su función educativa por fines sociales producto de las
necesidades que tras una década desperdiciada han sumido al país a la peor de
sus crisis.
A esta altura es
innegable que el kirchnerismo ha llevado adelante en estos años un plan sistemático
de desaparición de los umbrales educativos básicos, Scioli hoy se ha convertido en su cómplice o, al
menos, en partícipe necesario de este verdadero delito de lesa humanidad.
El kirchnerismo bajo el
falso ropaje de una falsa igualdad ha condenado a la ignorancia a la próxima
generación. Ya no se trata de dificultades con la aritmética o la geometría, se
trata de la incapacidad para comprender textos, de la desaparición de
contenidos mínimos de los programas educativos, del quiebre de los sistemas de
valores básicos de la sociedad.
No creo que se pudiera
esperar mucho de un gobernador que cuando fue vicepresidente de la Nación demostró
ser pusilánime y acomodaticio, dispuesto a soportar cualquier humillación en su
lento reptar hacía el poder; sin embargo esta resolución tiene una
trascendencia muy diferente que las miserias a las que nos tiene acostumbrados
el gobernador bonaerense. Ya no se trata de una incapacidad manifiesta,
compartida con las anteriores administraciones provinciales y el gobierno
nacional, para brindar las condiciones mínimas de seguridad y estabilidad económica
a la sociedad, ahora se trata de una estafa a los niños cuyos efectos se harán
esperar por unos años y nos acompañaran por varias décadas.
Sin ser especialista me
pregunto si medidas de este tipo no resultan violatorias de los derechos
humanos, dado que afectan directamente a
los sectores más humildes de la provincia de Buenos Aires. La realidad indica
que quienes tienen la posibilidad económica envían a sus hijos a instituciones
privadas donde se tiene la ilusión de adquirir un mejor nivel académico, pero
los sectores más humildes son presas cautivas de estos desatinos de dirigentes
que aspiran a ser estadistas y no tiene talla para ser trapitos.
Hace 150 años Sarmiento
inició una verdadera revolución, quizás haya sido el único revolucionario de su
generación, el propuso “educar al soberano” y bien sabemos que un soberano
educado piensa y si piensa juzga, compara, exige y decide. El kirchnerismo
decidió embrutecer al soberano y tenerlo sumido en el miedo, falta de educación
e inseguridad hab sido su plan de gobierno en la última década y Scioli hoy se
postuló para ser el mejor alumno.
Para finalizar, una reflexión
sarmientina, quizás esta sea la venganza de la barbarie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor deja tu opinión, queremos saber que pensás e incluso debatir si tenes ganas. Los comentarios formulados a este blog no se moderan ni se efectúa censura de ninguna especie.