viernes, 13 de julio de 2012

Yo Acuso!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Señora Cristina Fernández de Kirchner usted no merece ser la presidente de la República Argentina. Usted no respeta a la Constitución Nacional.

El Preámbulo de nuestra Constitución Nacional reza “Nos, los Representantes del pueblo de la Confederación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las Provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer á la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Confederación Argentina” (texto historico de la Cosntitución de 1852).

Señora Cristina Fernández de Kirchner usted además de haber violado diferentes artículos de la Constitución Nacional que atañen a la libertad y propiedad de los habitantes de la República Argentina, ha desconocido el espíritu de nuestra Constitución, expresado a través de su Preámbulo.

Usted no ha tomado ninguna decisión dirigida a constituir la unión nacional. Usted y su gobierno se han dedicado a sembrar la discordia nacional, ha trabajado incansablemente para general rivalidad y encono entre el campo y la ciudad, entre la sociedad civil y las fuerzas armadas y de seguridad, entre la clase obrera y los empleadores, entre los habitantes del interior y sus gobiernos locales, entre la nación y los gobiernos provinciales, usted se ha dedicado a dividir, en lugar de unir.
Usted, tampoco ha trabajado para afianzar la justicia, porque ha denigrado al poder judicial con una justicia federal adicta, presta a sobreseer a los funcionarios y a su persona y familia de los más terribles casos de corrupción. Señora Presidente, yo opino que los delitos cometidos por los funcionarios públicos deberían ser considerados delitos de lesa humanidad, porque no existe diferencia entre los cohechos de sus funcionarios y los de los gobierno de facto, son los mismo delitos y sus efectos recaen sobre las mismas personas, los sectores más desprotegidos de la nación.

Usted tampoco trabaja para consolidar la paz interior, lejos de ese objeto ha interferido e interfiero en las autonomías locales sin el más mínimo reparo el régimen federal que caracteriza a nuestra organización política. O usted cree que no nos dimos cuenta que los puso a Mariotto para arruinarle la vida a Scioli y que como no le alcanzó con esa quinta columna decidió organizar un golpe al gobierno bonaerense. Señora Presidente le advierto para su dominio, los Argentinos somos pacientes, pero no nos hacemos lo rulos, ni nos pasamos el día frente a la play station, usted entiende…

Usted tampoco ha proveído a la defensa común, porque sistemáticamente –linda palabra- se ha dedicado a través de sus ministros a desarmar, desarticular y desmantelar a las fuerzas armadas, llevándolas a una situación de total imposibilidad operacional. Le reconozco que ha tenido ayuda de sus integrantes, la cobardía de un general o la deshonestidad de un almirante, pero lo cierto es que hoy estamos indefensos.

Bienestar general, que puede saber usted de este concepto, o acaso piensa que es digno para un ser humano ser humillado constantemente por la dadiva mensual del gobierno nacional, sus planes sociales no tienen ninguna relación con el bienestar general de la población, son una herramienta del más básico populismo clientelista, propio de demagogos con ínfulas de estadista.

Señora Presidente, ni usted, ni su marido, ni sus tres gobiernos han asegurado los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. No hay libertad cuando se tiene miedo de salir a la calle, de ir a un cajero automático, no hay libertad cuando uno no puede disponer libremente de su propiedad y comprar dólares, no hay libertad cuando se maneja arbitrariamente la pauta publicitaria del Estado para apretar a los medios de comunicación, o cuando se amenaza con juicio político a los jueces que dictan un procesamiento o un allanamiento contra un funcionario al que se presume corrupto. No hay libertad cuando las regulaciones son tantas y de tal magnitud que impiden cualquier iniciativa. No se asegura la libertad cuando se hace abuso del poder reprimiendo y persiguiendo a los comerciantes a través de la AFIP

Señora Presidenta YO LA ACUSO de no respetar ni hacer respetar la Constitución Nacional. Usted no está a la altura del cargo que ocupa.

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