El
Preámbulo de nuestra Constitución Nacional reza “Nos, los Representantes del
pueblo de la Confederación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente
por voluntad y elección de las Provincias que la componen, en cumplimiento de
pactos preexistentes, con el objeto de
constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior,
proveer á la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los
beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos
los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino: invocando la
protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y
establecemos esta Constitución para la Confederación Argentina” (texto historico de la Cosntitución de 1852).
Señora Cristina Fernández de Kirchner usted además
de haber violado diferentes artículos de la Constitución Nacional que atañen a
la libertad y propiedad de los habitantes de la República Argentina, ha
desconocido el espíritu de nuestra Constitución, expresado a través de su Preámbulo.
Usted no ha tomado ninguna decisión dirigida a
constituir la unión nacional. Usted y su gobierno se han dedicado a sembrar la
discordia nacional, ha trabajado incansablemente para general rivalidad y
encono entre el campo y la ciudad, entre la sociedad civil y las fuerzas
armadas y de seguridad, entre la clase obrera y los empleadores, entre los
habitantes del interior y sus gobiernos locales, entre la nación y los
gobiernos provinciales, usted se ha dedicado a dividir, en lugar de unir.
Usted, tampoco ha trabajado para afianzar la
justicia, porque ha denigrado al poder judicial con una justicia federal
adicta, presta a sobreseer a los funcionarios y a su persona y familia de los
más terribles casos de corrupción. Señora Presidente, yo opino que los delitos
cometidos por los funcionarios públicos deberían ser considerados delitos de
lesa humanidad, porque no existe diferencia entre los cohechos de sus funcionarios
y los de los gobierno de facto, son los mismo delitos y sus efectos recaen
sobre las mismas personas, los sectores más desprotegidos de la nación.
Usted tampoco trabaja para consolidar la paz
interior, lejos de ese objeto ha interferido e interfiero en las autonomías locales
sin el más mínimo reparo el régimen federal que caracteriza a nuestra
organización política. O usted cree que no nos dimos cuenta que los puso a
Mariotto para arruinarle la vida a Scioli y que como no le alcanzó con esa
quinta columna decidió organizar un golpe al gobierno bonaerense. Señora
Presidente le advierto para su dominio, los Argentinos somos pacientes, pero no
nos hacemos lo rulos, ni nos pasamos el día frente a la play station, usted entiende…
Usted tampoco ha proveído a la defensa común, porque
sistemáticamente –linda palabra- se ha dedicado a través de sus ministros a
desarmar, desarticular y desmantelar a las fuerzas armadas, llevándolas a una
situación de total imposibilidad operacional. Le reconozco que ha tenido ayuda
de sus integrantes, la cobardía de un general o la deshonestidad de un
almirante, pero lo cierto es que hoy estamos indefensos.
Bienestar general, que puede saber usted de este
concepto, o acaso piensa que es digno para un ser humano ser humillado
constantemente por la dadiva mensual del gobierno nacional, sus planes sociales
no tienen ninguna relación con el bienestar general de la población, son una
herramienta del más básico populismo clientelista, propio de demagogos con ínfulas
de estadista.
Señora Presidente, ni usted, ni su marido, ni sus tres
gobiernos han asegurado los beneficios de la libertad para
nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que
quieran habitar el suelo argentino. No hay libertad cuando se tiene miedo de
salir a la calle, de ir a un cajero automático, no hay libertad cuando uno no
puede disponer libremente de su propiedad y comprar dólares, no hay libertad
cuando se maneja arbitrariamente la pauta publicitaria del Estado para apretar
a los medios de comunicación, o cuando se amenaza con juicio político a los
jueces que dictan un procesamiento o un allanamiento contra un funcionario al que
se presume corrupto. No hay libertad cuando las regulaciones son tantas y de
tal magnitud que impiden cualquier iniciativa. No se asegura la libertad cuando
se hace abuso del poder reprimiendo y persiguiendo a los comerciantes a través de
la AFIP
Señora
Presidenta YO LA ACUSO de no respetar ni hacer respetar la Constitución
Nacional. Usted no está a la altura del cargo que ocupa.
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