Para quienes somos devotos de la Constitución Nacional
cada artículo tiene un valor especial y particular y cada derecho enunciado en
la primera parte de esta ley de leyes tiene una importancia fundamental en el
desarrollo de nuestras vidas.
El 2012 ya se va, ya termina, el esfuerzo mancomunado
de parte importante de la sociedad y de la oposición, pese a que no se presente
como un frente homogéneo, al avance kristino kirchnerista, ha sido suficiente
este año para frenar las aspiraciones reformistas, sin embargo el 2013 será un
año lleno de desafíos.
Las elecciones legislativas del año próximo son tan o
más importantes que las del 2015 donde se elegirá presidente. El FPV necesita
como condición de supervivencia lograr ingresar la mayor cantidad de
legisladores posibles, de manera que le permita reflotar el proyecto de reforma
constitucional para habilitar un tercer mandato a Cristina Fernández, sin
embargo el verdadero peligro es el proyecto real que se esconde tras esa re
reelección, que es ni más ni menos que la reforma del paradigma, el abandono de
la filosofía política liberal en que esta imbuida la Constitución y su
reemplazo por un sistema colectivista donde el individuo deje de ser el eje
central del reconocimiento de los derechos y garantías, para que el Estado como
gestor y auténtico intérprete de las necesidades colectivas ocupe un lugar
preponderante en la determinación esas necesidades.
En ese nuevo
paradigma, ya no seremos nosotros
quienes decidamos que queremos ver por televisión, que empresa de cable
contratar o programa de radio escuchar, será el Estado quién decida lo mejor
para la comunidad y el individuo deberá someterse a ese bien superior
determinado por el Estado para el grupo. Básicamente el individuo pasará a
estar al servicio de la comunidad cuyos intereses son determinados por el
Estado que se integrará por unos pocos elegidos por su capacidad, fidelidad y
normalmente por su obsecuencia para determinar esos intereses comunitarios. En
este esquema la mayoría de los problemas desaparecen, porque el individuo, la
persona de la calle, el pueblo en sentido lato, no necesita información, no
necesita tomar mayores decisiones, sólo cosas menores, mínimas, insignificantes
quedarán fuera de la determinación estatal.
Como señaló hoy en Radio 10 Ricardo Forster “…hay un
reducto último del individuo al que hay que escuchar...", aunque
lógicamente es más una formalidad, una apariencia democrática, porque nunca en
estos esquemas la opinión o elección del individuo podrá sobre ponerse a la
determinación de las prioridades colectivas determinadas por el Estado.
Hasta podría llegar el caso de que el Estado decida
cual será nuestra actividad, hay demasiados médicos y faltan enfermeros, por lo
tanto estudie enfermería y no se queje, le podría haber tocado ser
ascensorista; usted puede vivir holgadamente con 15000 pesos, lo que facture en
exceso debe destinarlo a las familias de Tartagal que lo necesitan más, es un
aporte comunitario extraordinario. Las posibilidades son infinitas, para que
tener una remera en 15 colores diferentes, sin con los primarios es suficiente
diversidad.
Este tipo de decisiones que parecen lejanas o propias
de 1984 de Orwel, están mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos. Cada
vez que el Estado a través de la
ANSeS fija un haber jubilatorio mínimo en vez de pagar al
beneficiario lo que la ley legítimamente le otorga y por lo que esa persona a
aportado durante si vida laboral, el Estado está determinando cuanto necesita
esa persona para vivir violando su derecho a lo que le corresponde por la ley;
cuando funcionarios de la AFSCA
declaran que revisarán los contenidos de los medios para verificar que los
grupos que debieron desvincularse por aplicación de la Ley de Medios no estén
burlando la esa ley, están decidiendo que van a establecer que se puede decir y
que no se puede decir por radio y televisión, visto de otra manera están
decidiendo que es lo que usted debe ver, leer y escuchar, están censurando; la
reciente decisión del RTA Radio y Televisión Argentinas, dirigida por Tristán
Bauer, y Radio Nacional de levantar los ciclos de 48 emisoras locales en el
horario de 9 a
12hs para imponer un ciclo dirigido por el periodista Galende que participa de
6,7,8, esta concentrando lo que usted debe escuchar y violando el federalismo y
la libertad de elección; el manejo de los contenidos de los textos de estudio y
la irrupción de La Kampora
en jardines de infantes y escuelas primarias y secundarias es parte de ese
paradigma en donde el Estado reemplaza autoritariamente al individuo en sus
decisiones, a los padres en las ideas morales con que desean educar a sus
hijos.
Las presiones a que ha sido sometido el Poder Judicial
durante el último mes en razón de la causa Grupo Clarín, en donde se llego a
decir que los jueces no pueden declarar la inconstitucionalidad de la leyes
sancionadas por el Congreso, o las recientes declaraciones de Cristina Kirchner
respecto del caso “Verón” y la necesidad de democratizar a los jueces,
demuestra no sólo un desconocimiento absoluto de las pautas básicas que rigen
el derecho constitucional, sino que trasuntan una filosofía totalitaria que
convierte al juez en un mero autómata destinado a ejecutar las ordenes del
Estado, en lugar de ser el interprete “independiente” de los derechos
garantizados a los individuos.
Las declaraciones de la presidente de la Nación , retwiteadas por
Alicia Kirchner en el sentido de que las minorías deben amoldarse a lo que disponga
la mayoría, es la inversión de la ecuación democrática en virtud de la cual la
mayoría tiene el deber de respetar a las minorías. La deformación conceptual y
republicana que padece el gobierno kirchnerista es aterradora, pero más
aterrador es la indiferencia que demuestra la gran mayoría del pueblo
argentino.
Cuando advierto el agotamiento moral que ha conducido
al desinterés general de la sociedad en estas cuestiones tan básicas y
trascendentes, entiendo como regimenes como el de Hitler, Mussolini, Salazar o
Videla, Pinochet, Castro, Chávez, Correa y tantos otros han logrado encaramarse
en el poder, el gobierno kirchnerista recorre la misma senda, la ruta de los
populismos totalitarios, ni de izquierda ni de derecha, simplemente populismos
fascistas, sólo falta que comiencen a ver a la oposición como personas enfermas
que merecen ser recluidas para su tratamiento en centros de reeducación.
No es nuevo, el ser humano es muy frágil y ser libre demanda un esfuerzo
constante, una decisión vital que debe renovarse día a día. Como dijo en “El
Espectador”, José Ortega y Gasset, “…el liberalismo, antes que una cuestión de
más o menos en política, es una idea radical sobre la vida; es creer que cada
ser humano debe quedar franco para henchir su individual e intransferible
destino”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor deja tu opinión, queremos saber que pensás e incluso debatir si tenes ganas. Los comentarios formulados a este blog no se moderan ni se efectúa censura de ninguna especie.