El kirchnerismo ha instalado la idea de que cualquier
acción destinada a destituir a la presidente de la Nación debe ser entendida
como un golpe de Estado, esto es, un quiebre en la continuidad constitucional,
un ataque a la democracia.
Se ha estigmatizado a la palabra destituyente, de la
misma manera que se lo hizo con los términos represión y discriminación.
Esta idea responde a la necesidad de preservar de
cualquier manera, incluso, por una interpretación distorsionada de la Constitución Nacional ,
el mandato de Cristina Fernández de Kirchner. El 54% obtenido en la reelección
ha sido elevado a una especie de verdad revelada que legitima cualquier tipo de
decisión, cubre cualquier error o justifica cualquier conducta. Es el mandato
de la democracia, no tiene límite, ni marco, las restricciones son
“destituyentes”.
Sin embargo, no es así. Existen mecanismos de naturaleza
constitucional cuyo objeto es la destitución del Presidente de la Nación y de
otros funcionarios, que lejos de poner en crisis a la democracia, han sido diseñados
por el constituyente para preservar el sistema republicano y federal.
El plantar en la sociedad que la mera posibilidad de que
el mandato presidencial finalice por adelantado refiere a un intento de golpe
de estado, lo que pretende es de dirigir el razonamiento popular de que
cualquier mecanismo que se inicie para destituir a Cristina Fernández deberá
ser entendido como una destitución ilegitima e ilegal, aún cuando sea a través
del mecanismo del juicio político previsto por la Constitución
Nacional.
En esta línea de pensamiento se han enrolado las
declaraciones de diferentes funcionarios del gobierno cuando expresan “leyes de
la democracia” o “ley del congreso”, muletillas mal intencionadas para inducir
a pensar que una ley dictada en un gobierno democrático no puede ser atacada ni
declarada inconstitucional. Conozco varias personas, muchas preparadas pero
ajenas al mundo del derecho que caen en estos errores.
Lo cierto es que cualquier ley puede ser declarada
inconstitucional, haya sido sancionada por el Congreso arañando las mayorías
necesarias para su existencia o aprobada por unanimidad, la constitucionalidad
de una ley, además de depender de su origen, fundamentalmente depende de que se
ajuste a la Constitución
Nacional , sino fuera así no serían necesarios los jueces,
únicas personas habilitadas para declarar la inconstitucionalidad de una ley.
Pero volviendo al tema del juicio político, siempre es
bueno recordar que nuestra Constitución Nacional prevé en sus artículos 59 y 60
la institución del “juicio político” para destituir legalmente al Presidente de
la Nación y los efectos del fallo que decida tal destitución. Cabe señalar que
este modo de finalización del mandato presidencial es absolutamente legitimo,
ya que esta previsto por la Constitución
Nacional , justamente para evitar que el pueblo argentino se
vea presa de un primer magistrado haya perdido la idoneidad que se exige para
el desempeño de tan alta función.
No debe escandalizar a nadie opinar sobre estos temas que
en definitiva están previstos por la Constitución como una manera de preservar el
sistema republicano, ya que ninguna sociedad ni etapa histórica esta exenta de
sufrir un gobierno cuyas acciones lo pongan claramente en contra de la Constitución
Nacional o adopten decisiones reñidas con los derechos y
garantías reconocidos por la
Constitución a los habitantes de este territorio.
Por esa única razón se puso el grito en el cielo cuando
en Paraguay el Parlamento destituyó a Lugo, que estos paraguayos no den ideas,
debe haber sido el pensamiento íntimo de más de un kirchnerista.
Una de las clasificaciones más antiguas de las causas que
darían lugar al juicio político contra el Presidente de la Nación o los
funcionarios pasibles de ese proceso, es la elaborada por Joaquín V. González
en su canónico “Manual de la Constitución
Argentina 1853/1860”. González distingue a: 1º el mal
desempeño en el cargo, 2º el delito en el ejercicio de sus funciones y 3º los
crímenes comunes. La sentencia que destituya al funcionario, sólo establecerá
la responsabilidad política que conduce a la finalización del mandato y en el
caso de haber cometido un delito o crimen deberá ser procesado según las leyes
comunes como un ciudadano más.
No debe asustar a la sociedad hablar con la terminología correcta,
pese a que el relato oficial pretenda modificar sus alcances para neutralizar
procesos regulares, perfectamente validos y de origen constitucional. Gracias a
nuestros constituyentes, las mayorías circunstanciales obtenidas en las urnas
no permiten reemplazar a la Constitución
Nacional por un “Modelo” relatado ni derogar los mecanismos
por ella previstos.
Lógicamente, todo tiene consecuencias, promover un juicio
político contra Cristina Fernández, y debo señalar que para muchos políticos y
constitucionalistas sobran motivos, conduciría a que el joven Amado Boudou se
convierta en presidente con guitarra y todo, cuando para él también sobrarían
motivos de destitución por su presunta vinculación con la empresa Ciccone, y si prosperara contra ambos se nos vendría
encima la senadora Rojkes de Alpedovich.
Realmente el futuro se presenta nublado, casi tormentoso,
sin embargo, siempre es bueno recordar que la Constitución
Nacional en su eterna sabiduría ha previsto una salida para
desembarazarse de este tipo de funcionarios sin caer en la trampa de la
destitución de facto.
Yo, particularmente, espero que finalice su mandato para el 2015 estar seguro que nunca más ganará una elección.
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No se trata de los trillizos traviesos, se trata de la sucesión presidencial para el caso de acefalía presidencial. |
Muy buena nota!! Me encantó. Me incentiva a continuar la lucha por la recuperación de la República, la decencia, la libertad y la corrección.
ResponderEliminarComo la mía es una lucha "con la pluma y la palabra", te agradezco por recordarme la importancia de rescatar también el uso apropiado de los conceptos, de los cuales esta caterva de inmorales tan hábilmente se apropió.
Saludos, felicitaciones y gracias.
Carolina
Gracias Carolina se que tu aporte es importante porque me lo han hecho saber amigos comunes, esta es una lucha que será larga y clarificar los conceptos que se subvierten desde el gobierno es fundamental para que el pueblo entienda la realidad que vive. Saludos. Pomponio.
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