Como
anticipamos en la nota anterior la Corte Suprema no se pronunció sobre el fondo
del juicio y pateó la pelota fuera del área con un Falló que para algunos beneficia
claramente al gobierno y para otros a Clarín, sin embargo parecería que lo
único que logro es dar aire a la
Corte misma para reagruparse y ver que pasa.
Lo
cierto es que el Tribunal se deshizo de la queja por denegación de justicia
presentada por el Grupo Clarín intimando al juez de primera instancia del fuero
Civil y Comercial Federal que dicte sentencia sobre el fondo de la cuestión en debate.
El
magistrado que deberá resolver la constitucionalidad de los artículos 45 y 161
de la ley de medios audiovisuales es el juez subrogante Horacio Alfonso, que
fue designado después de que el poder ejecutivo literalmente se cargó a los
jueces Torti y Tettamantti. A su vez, le dio un espaldarazo a Alfonso para que
resuelva restrictivamente cualquier incidencia que generen las partes, vale
decir, que desestime cualquier petición que tienda a prolongar indebidamente el
proceso.
Alfonso
ha denunciado que ha sido objeto de presiones, bueno sería saber de quien ya
que si durante una semana tuvo un auto frente a su casa suena, al menos raro,
que no haya hecho una denuncia policial o tomado los números de patente,
también me pregunto como es que sabe que le tomaron fotos a sus hijos ¿se las
mostraron?, ¿cómo, de qué manera?, todo muy raro y justo después de que la Corte le dijo que se deje de
perder tiempo y resuelva la causa.
Mientras
Alfonso deberá cumplir con su destino, le guste o no, la Cámara Civil y Comercial
Federal que fue diezmada, directa o indirectamente por el ministro Alak, deberá
integrarse con camaristas subrogantes del fuero Contencioso Administrativo
Federal, para decidir si es viable la recusación del juez Francisco De Las
Carreras. Esta última cámara de apelaciones donde es juez el hermano del
principal operador político del kirchnerismo en la justicia, Javier Fernández,
las suspicacias corren por cuenta de los lectores. Lo interesante de esta decisión
es que la CS
prescindió del listado de empleados del poder ejecutivo que había sido aprobado
por el decreto 2039/2012 como conjueces de la Cámara Civil y Comercial
Federal, parece que decidió lavar los trapos sucios en casa, para que traer
gente de afuera.
Por
último, para que no quepan dudas, la
Corte dispuso la “habilitación de días y horas” hasta llegar
al dictado de la sentencia definitiva, es decir, ordenó que se trabajen las 24
horas del día y de la noche, al decir del extinto Herminio Iglesias.
Pese
a que la decisión beneficio claramente la posición del gobierno, permite
ensayar otras conclusiones.
Primero:
la Corte firmó
por unanimidad esta decisión, lo que implica una señal muy fuerte respecto de
que decisiones extremas la Corte
esta dispuesta a preservar su poder y salir al cruce como un bloque sin fisuras,
una decisión dividida, con disidencias o abstenciones hubieran sido un signo de
debilidad.
Segundo:
si para la fecha indicada 7D no se definió el fondo de la cuestión en primera
instancia, se estaría frente a un caso de denegación de justicia, lo que
permitiría deducir una nueva queja por denegación de justicia si nos atenemos a
lo expresado en el primer párrafo de la decisión o mejor aun prolongar la
cautelar hasta tanto se decida el fondo. En este último caso el Juez Alfonso
tendrá varios motivos para preocuparse.
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Sabatella por THEMES |
Este aspecto creo beneficia al Grupo
Clarín ya que si el rozagante Sabatella decidiera recurrir a las vías de hecho la Corte podría considerar que
se esta obstaculizando la decisión de fondo y aplicarle… un gancho.
Tercero:
la Corte se
cargo al Consejo de la
Magistratura que pretendía retrasar el sorteo de los jueces
subrogantes a la Cámara Civil
y anoche se resolvió la cuestión. A última hora de ayer fueron sorteados los
jueces Marcelo Duffy y Jorge Morán que integraran la sala donde había quedado sola
la juez Najurieta, los destinos de la justicia ha reunido a tres ex
secretarios de la Corte Suprema
en la misma sala.
Fuera
de los aspectos jurídicos reseñados, resulta increíble la conducta asumida por
el Grupo Clarín en estos últimos días.
La
denuncia de los periodistas oficialistas resulta objetable en todo sentido, más
allá de la sarta de inexactitudes y arbitrariedades a que nos tiene
acostumbrados el programa 678 y sus integrantes, lo cierto es que tienen todo
el derecho de decir lo que les plazca, y nosotros a cambiar de canal, justamente
el mismo derecho que Clarín dice que se vulneraría de aplicarsele la ley de medios.
La libertad de prensa y de expresión es una sola y no repara en ideas ni
personas. La actitud de Clarín en ese aspecto es tan detestable como las
denuncias que se han efectuado sobre periodistas de La Nación y otros medios
por parte del Gobierno.
El
segundo error del Grupo Clarín ha sido enviar más de un centenar de vehículos
de la empresa Cable Visión a las inmediaciones del Palacio de Justicia y cortar
el transito de la calle Talcahuano. En primer lugar, con esa actitud utilizó
indebida e ilegítimamente el esfuerzo de varios ciudadanos independientes que
se habían trasladado hasta Plaza Lavalle en respuesta a una convocatoria
organizada desde las redes sociales durante el fin de semana. Por otro lado,
descubre un pobre entendimiento del sistema judicial, ya que la presión
ejercida de esa manera debe haber tenido por único resultado el desagrado de
los Ministros de la Corte
y por último desnuda una errónea concepción del alcance de las obligaciones de
los trabajadores, ya que resulta denigrante que se los haya utilizado para una
protesta vinculada a intereses empresarios ajenos a las obligaciones de los
trabajadores.
Clarín
debe entender que los grupos de las redes sociales que convocaron a Plaza
Lavalle para este martes no lo hicieron para defender los intereses de ese
grupo, de cuya pureza y virtudes existen tantas dudas como de la existencia de
Batman y Robin. La convocatoria fue en defensa de la libertad de expresión y en
contra del control estatal sobre la principal red de internet del país, Fibertel,
poder que le otorgara a un gobierno decididamente autoritario la facultad de
controlar el tráfico de las redes sociales y la privacidad de los usuarios de
Internet en el país.
En
esta batalla Clarín ha tenido la suerte de representar, con dudosos meritos,
valores constitucionales básicos y su peor error táctico sería creerse que
realmente representa esos valores.
Clarisimo .....como siempre.... UN ABRAZO
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